Un Sensei de Karate espera cada día con ilusión la llegada de sus estudiantes, los que poco a poco va moldeando, trabajando, explicando…
Por eso sufre cuando uno de sus estudiantes abandona la práctica, y automáticamente se le vienen a la memoria cada técnica enseñada, cada anécdota vivida, cada risa, cada llanto, cada alegría, cada decepción, cada abrazo…Pero en algunos casos, mucho tiempo después regresan y lo primero que se escucha es el lamento por el tiempo que perdieron. Un Sensei siempre debe estar en su lugar y dispuesto a guiar en la senda o camino…con cada generación hay nuevos retos ....lo bonito es que siempre vuelven aunque sea sólo para saludarte y muchos de ellos con sus hijos....Un sensei siempre estará ahí...
Fuente
Parte de un escrito de karateBCN